“Lo que traemos de fábrica, no lo cambiamos haciendo dieta”.
Cada vez que doy una charla, un taller o un asesoramiento personalizado me gusta hacer hincapié en que nuestra tipología corporal, o dicho más fácil, la forma de nuestro cuerpo, es única y la misma desde el momento en que nacemos. No importa si a lo largo de nuestra vida vamos variando el peso, o hacemos ejercicios más o menos intensos. Siempre nuestra estructura ósea va a mantenerse sin modificaciones.
Cuando con un asesoramiento descubrimos cuál es nuestro tipo de cuerpo, es muy importante tener presente que no vamos a cambiarlo. Si no, a balancearlo y estilizarlo.
¿Cómo? Veremos qué prendas, escotes, accesorios y calzados son los que más favorecen para lograr balancear los bloques del cuerpo y estilizar la figura.
También es muy importante considerar la altura de la persona que vamos a asesorar. Ver las líneas verticales y horizontales.
El primer paso, es saber a qué tipología corresponde nuestro cuerpo.
Son 5 categorías:
- Triángulo
- Triángulo invertido
- Rectángulo
- Reloj de Arena
- Redondo
Cada uno tiene sus tips específicos a la hora de resaltar/ocultar, afinar/ ensanchar o lo que sea necesario hacer.
Y no solo lo vamos a lograr a partir de las prendas, sino también de las estampas. Me arriesgo a decir, que las estampas tienen un rol mucho más importante que las prendas en sí.
Por supuesto, que no dejaremos de lado a los colores. Que también juegan un rol preponderante a la hora de estilizar.
Conocer la tipología corporal, forma parte el ABC de un buen asesoramiento de imagen. Si no lo conocemos, es imposible que el resultado sea exitoso.